domingo, 6 de septiembre de 2009

La alegría es solo brasileña

Brasil se clasificó para el Mundial Sudáfrica 2010 y Argentina todavía no. Las victorias de Colombia sobre Ecuador y de Perú (ya sin chances) contra Uruguay, y en menor medida el empate de Chile con Venezuela, fueron el consuelo de una noche amarga.
La practicidad de Brasil fue claramente superior a la del equipo de Maradona: aprovechó a través de pelotas paradas e hizo diferencias muy temprano en cuanto al marcador. La idea de Argentina (se supone) que era llegar al área rival mediante la sociedad Tevez-Messi, es decir con combinaciones que incluyan buscar el gol con pelota al piso y no a través de centros mal tirados. El jugador del Barcelona que mide 1.70 cm y el del Manchester City que cuenta con 1.68 cm no puedan “milagrosamente” cabecear.
La improvisación que se realizó con la ubicación de Gabriel Heinze como lateral izquierdo se puede tildar de inocente porque ubicado sobre la banda, el rosarino no cumplió ninguna de las dos funciones: transformarse en llegada y desborde, y de esta forma pasar a ser un elemento adicional de ataque, ni servir para la faz defensiva contrarrestando las subidas de Maicon y compañía.
Maradona, sin haber trabajado el funcionamiento de una pareja sólida de centrales, quizás por lesiones como la de Martín Demichelis (siempre titular), apostó por incluir a los jugadores del último campeón del fútbol argentino que si bien fueron los jugadores “pilares” para la obtención del título Clausura 2009 por parte de Vélez Sarfield, jugaron su primer partido juntos en la selección albiceleste.
Tras mirar los 90 minutos me quedaron 3 preguntas por contestar:
¿Por qué Lisandro López no fue siquiera incluido en el banco de suplentes?
¿Messi es intocable que ni siquiera se piensa en reemplazarlo a pesar de que junto a Tevez estaban jugando a un nivel bajo?
¿Se podrá encontrar el equipo, si es que llega la clasificación al Mundial?

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