martes, 7 de abril de 2009

No fue de carambola lo de Vilar

“Comencé a estudiar periodismo deportivo, durante dos años, pero en el tercero deserté porque sentía que no lo estaba haciendo bien, tenía que ir de noche, cansado, no dormía bien… Entonces preferí dedicarme exclusivamente al futbol pensando que si no me iba bien, el estudio podía retomarlo después”, reconoció el “desconocido”, hasta hace aproximadamente un mes, Federico Vilar quien fue observado y convocado por un tal Diego Maradona para los partidos de eliminatorias sudamericanas contra Bolivia y Venezuela debido a sus buenas actuaciones como arquero del Atlante de México.
Vilar tuvo su revancha en el fútbol recién a los 31 años. Aunque no haya jugado un minuto en el Monumental de Buenos Aires ni en el Hernando Siles de La Paz, vivió uno de los momentos más felices de su vida, simplemente por estar. Revancha porque su carrera como futbolista siempre estuvo marcada por los vaivenes de las decisiones de cuerpos técnicos e intereses económicos que atentaron con el deseo de poder mantener una continuidad en algún equipo.
Con 15 años decidió ir a probar suerte al club del cual es hincha: Boca. Luego de varias pruebas fue fichado por el club de la Rivera e hizo su presentación en la Séptima División. Al permanecer varios años en la institución jugando en inferiores, pensó que su sueño iba a cumplirse: debutar en primera. Pero fueron desfilando Carlos Bilardo, Héctor Veira y Carlos Bianchi y su ilusión se fue desvaneciendo. A fines de 1998 pidió su pase para buscar otro club. Fue contratado por Almirante Brown de Arrecifes que participaba del Nacional B. Luego de dos años recibió una oferta de para ir a jugar a México, aunque no sabía a que club exactamente. El Atlante (club en el que finalmente se consolidó) y el Irapuato, que pertenecían a la Primera División, más el Veracruz, que era de segunda, eran los más firmes. Finalmente desembarcó en el Potros Zitácuaro.
Ya pasada una temporada, el Atlante parecía el destino seguro. Pero Vilar tuvo que soportar otro golpe: la renovación de contrato de Damian Grosso (otro arquero argentino) para que siga atajando en ese club, lo que le quitó la oportunidad de seguir adentro del plantel con el cual ya había hecho la pretemporada. “Nunca lloré tanto”, expresó Vilar, posterior a esa desilusión. Estuvo a punto de volver a su país, pero en el Arco de la vida se escribió un nuevo capítulo para el argentino: en 2003 fue adquirido por el Atlante y ese es su equipo en la actualidad. Fue un pilar fundamental del Torneo Apertura 2007 que consiguió el equipo mexicano.
Quizás no sea (en un futuro) periodista, posiblemente no sea un gran ejecutor de tiros libres, aunque haya hecho algunos goles desde esta instancia, pero no cabe duda de que Federico Vilar va a ser recordado por no darse por vencido ante la adversidad, por su lucha ante los momentos desfavorables: esfuerzo que le valió ser seleccionable por Maradona.

1 comentario:

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