lunes, 9 de febrero de 2009

Una huelga que interrumpió el sueño de ser campeones mundiales


En julio de 1948, a días de disputar la primera fecha del campeonato de fútbol de Primera División, la entidad sindical que representaba a los jugadores argentinos, denominada Futbolistas Argentinos Agremiados (fundada en 1944), realizó una huelga que duro algo menos de un año y que tuvo como descenlace la migración de las principales figuras que brillaron en este deporte en la década de 1940 hacía otros países sudamericanos, principalmente a Colombia, donde ese mismo año el fútbol se profesionalizó.
Con la asunción de Juan Domingo Perón como presidente de Argentina en 1946 y en un contexto favorecido por la prosperidad económica, y su interés por desarrollar una política deportiva no hacían sospechar sobre lo que sucedió dos años después, cuando jugadores como Adolfo Pedernera, Alfredo Di Stéfano y Néstor "Pipo" Rossi, entre otros, figuras del equipo de River al que se lo conoció como "La Maquina", reclamaron por sus condiciones de contratación, sueldo mínimo y otros beneficios laborales entre los cuales estaba la libre contratación.
Con gran parte de los equipos utilizando jugadores de inferiores debido a la fuga de los profesionales más experimentados, el campeonato argentino lo pelearon Independiente - que se consagró campeón con 41 puntos y con Vicente de la Mata como figura excluyente- Racing, que contaba con una temible equipo integrado por Juan Carlos Salvini, Norberto Méndez, Rubén Bravo, Llamil Simes y Ezra Sued, entre otros jugadores que obtuvieron 32 puntos, y River consiguió el subcampeonato con 37 puntos a pesar de contar con el plantel más disminuido debido a la ida de Di Stéfano y Pedernera, entre otros.
La División del Fútbol Colombiano, mas conocida como Dimayor o "Liga Pirata", fue desafiliada por la FIFA. Por lo que los jugadores que actuaban en dicho torneo sin el pase correspondiente de su club, permanecía privado de jugar en cualquier institución afiliada al máximo ente que reglamenta este deporte a nivel mundial. Su actividad estaba limitada dentro del territorio colombiano, aunque este impedimento se vio contrarrestado por los grandes sueldos y primas que percibían los jugadores. La expulsión de dicha federación por parte de la FIFA se resolvió en 1951, con la firma del denominado Pacto de Lima, mediante el cual las autoridades deportivas colombianas se comprometieron a devolver a los jugadores a sus países, a más tardar, en 1954.
Pero esta huelga que se produjo en una de las épocas que marcó al fútbol argentino por la calidad de jugadores que actuaron - de la talla de Di Stéfano, Perdenera, Antonio Sastre, René Pontoni- como lo fue la década de 1940, dejó una consecuencia aún mayor que la carencia de jugadores en el medio local: privó a la selección Argentina de enviar un equipo que hubiera tenido chanches de pelear los Campeonatos Mundiales de Brasil 1950 y Suiza 1954, en los que no participaron por las dificultades para armar un seleccionado competitivo y como decisión política, representada en la figura de Juan Domingo Perón, por temor a un fracaso estrepitoso.

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